martes, 17 de abril de 2012

Texto de Apoyo y Trabajo Práctico 3 Unidad 2B (colgar el lunes 23/04)

La influencia del marxismo y los clásicos de la sociología crítico-reproductivista de la educación


Aunque en forma alguna pueda pensarse que K.Marx haya contribuido de manera directa a la reflexión sobre la educación, su importancia deviene de las aplicaciones de sus teorías sobre el capitalismo a los más diversos ámbitos de la vida social. La herencia del pensamiento marxista ha sido revalorizada en Europa al combinarla con hallazgos y desarrollos teóricos de diversas disciplinas (el psicoanálisis, la teoría literaria, la estética, la filosofía existencialista, la fenomenología, etc.) en el periodo de entreguerras por la Escuela de Frankfurt (Adorno, Horckheimer, más tarde Marcuse) y en la conmocionada década del 60 a partir de los trabajos de Althusser (y luego por Goldmann, Godelier, Badiou) influido por el estructuralismo de la lingüística y la antropología. Asimismo, en Italia fue exhumado el pensamiento de A. Gramsci en el último medio siglo inaugurando un renovado interés del marxismo por las cuestiones políticas y culturales, cuestión está también jerarquizada por el enorme trabajo de los “historiadores” ingleses (Thompson, Williams, Stuart Hall). Aunque es fácil decir hoy que el marxismo casi no tiene preeminencia en ningún centro académico importante del mundo, eso no significa que no haya impregnado de diversas y sorprendentes modos casi todo el pensamiento crítico contemporáneo y que en diversos discursos científicos no se encuentren restos o huellas de este pensamiento.

El punto de partida de la lectura marxista de la educación es la noción de “superestructura” jurídico-político-ideológica, y la fórmula fundamental del materialismo histórico: “No es la conciencia la que determina al ser social, sino que es el ser social el que determina la conciencia”. La conciencia de los hombres, las representaciones que se hacen del mundo, sus ideas, conocimientos, etc. reflejan, expresan o dan forma al modo en que los hombres producen su vida social y material. Los hombres llegan al mundo en condiciones que ellos no han elegido ni controlan, el orden social preexiste a la voluntad individual, y las ideas que los hombres se hacen del mundo dependen más de cómo es ese mundo que de cómo es la mente de los hombres. Lo esencial del orden de mundo es en el marxismo el modo de producción de la vida material, es decir las relaciones que el hombre mantiene con otros hombres y con las cosas en el trabajo y en la naturaleza, que constituyen la infraestructura o base económica de una sociedad en la que se definen las clases sociales (amos/esclavos, señores/siervos, obreros/burgueses) a la que corresponden una serie de instituciones, creencias, cultura, etc., es decir una superestructura donde naturalmente se coloca “la educación” y que tiene por finalidad reproducir en la mente, las creencias, los pensamientos y las leyes y conductas de los hombres, el modo de producción de la sociedad y el predominio de la clase dominante en la misma.

Según estos grandes principios teóricos, la educación es una actividad de la superestructura, controlada por las clases dominantes, que procura la perpetuación en la mente de los sujetos del orden social de dominación y explotación.

Sin embargo, tomar al pie de la letra estas proposiciones fundamentales equivaldría a renunciar al cambio histórico. Marx concibe el dinamismo histórico como producto de una doble juego de contradicciones. Por un lado, dentro de la infraestructura económica la contradicción entre las fuerzas productivas (especialmente la ciencia y la tecnología, la organización social del trabajo) y el modo de apropiación de la riqueza (las relaciones de propiedad). Por otro lado, la relación base/superestructuras también está animada por una contradicción: el desarrollo de un modo de producción o su agotamiento hacen obsoletas las instituciones, leyes y formas ideológicas que hereda o que arrastra del pasado, por lo que las tendencias al cambio son tan importantes como las tendencias a la reproducción.

Este carácter “dinámico” de los planteos clásicos de Marx se ve en una de las pocas referencias de K. Marx a la educación, la importante 3era. Tésis contra el materialismo de Feuerbach que data de 1845: “La teoría materialista del cambio de las circunstancias y de la educación olvida que las circunstancias las hacen cambiar los hombres y que el educador necesita a su vez ser educado... la coincidencia del cambio de circunstancias con el de la actividad humana o cambio del hombre mismo solo puede concebirse y entenderse como práctica revolucionaria”. Aquí podemos ver que el cambio de las circunstancias es el verdadero “educador” del hombre tanto como que el hombre es el que llega a cambiar las circunstancias a través de la práctica revolucionaria.

Dentro de la tradición europea del marxismo tenemos varios hitos conceptuales que no por no estar incluidos en el programa y los textos son menos importantes.

1) Gramsci introduce la idea de “hegemonía”. Las clases dominantes no se imponen solamente por la superioridad de medios materiales y la represión, sino que se muestran capaces también de conquistar el consenso o al menos el consentimiento de las clases subalternas. Para ello deben ser capaces de presentar sus intereses particulares como intereses “generales” como “bien común a todos”, y deben ser capaces de introducir esta idea como “sentido común” cotidiano en las mismas clases subordinadas. Las clases dominantes usualmente intentan asumir la “dirección moral e intelectual” de la sociedad no solo persuadiendo e inculcando sus propios valores y persiguiendo o suprimiendo los valores antagónicos, sino también integrando o captando para sí (apropiándose de) los valores o creencias de los subordinados. La construcción hegemónica es una verdadera “colonización” de la vida mental y cultural y uno de los medios más importantes de esta empresa son las instituciones educativas.

2) Althusser complejizando la noción de “hegemonía” introduce la idea de “aparatos ideológicos del estado”. El Estado reproduce el orden social no solo mediante sus aparatos represivos y jurídico-políticos, es decir, mediante el monopolio de la fuerza, la autoridad y la ley, sino por medios ideológicos de aceptación del orden social. El estado contemporáneo es una compleja trama de instituciones que tienen por función lograr que los individuos piensen y se representen su realidad de manera compatible con el sostenimiento del orden social. No solo las escuelas, sino también la prensa, los medios de comunicación, las iglesias, la publicidad, etc. están destinadas a dos grandes tareas de reproducción “ideológica del capitalismo”: a) “interpelar a los individuos como sujetos” que significa que todas estas instituciones nos “hacen creer” que el orden social es producto de nuestras elecciones como sujetos (elegimos nuestros gobiernos, elegimos si estudiar o esforzarnos para tener éxito, elegimos lo que consumimos, etc.) y b) “establecer relaciones imaginarias con nuestras condiciones reales de existencia”: todas estas instituciones tienden a ocultar, disfrazar y desfigurar la realidad de la opresión, la alienación y la explotación a la que estamos sometidos (por ej. comprar una ropa o zapatillas de marca o un celular a colores, aparecen como la forma de la “realización personal” ocultando las realidades que operan por debajo de ellas: trabajo esclavo de talleristas bolivianos, trabajo infantil en países asiáticos, dejar sin empleo a trabajadores locales, etc.).



No vamos a desarrollar sino solo a mencionar otros aportes como los de Lukacs sobre la noción de “falsa conciencia”, y el de Adorno, Marcuse y otros de “alienación”.



Hacia fines de los 60 aparece el texto que Uds. tienen en la bibliografía obligatoria “La reproducción...” de P. Bourdieu y J.C Passeron (en adelante B&P) y que constituye uno de los clásicos de la sociología de la educación en general, y quizás el progenitor de todas las teorías reproductivistas en general. Si Althusser había analizado el papel del estado y de la educación como una de sus instancias, lo había hecho desde una visión de conjunto de la sociedad capitalista. B& P analizan resueltamente la arquitectura interna del hecho pedagógico mismo desde un punto de vista inspirado en el marxismo, aunque en diversos puntos se aleja del mismo. B&P buscan la “reproducción” del orden social de dominación no en el papel que cumple la educación en un sistema general, sino en la misma constitución interna de la “acción pedagógica”.

El texto obligatorio está compuesto por fragmentos seleccionados, no se preocupen por las partes truncas. Tiene una estructura expositiva muy particular: son proposiciones ordenadas según un nivel de generalidad ascendente y un nivel de especificación descendente. Dentro de la bibliografía hay un Gráfico de mi autoría que sintetiza con un diagrama de flujo las relaciones entre las proposiciones.

Es quizás el texto que más cuesta a los alumnos presenciales no solo por su tipo de escritura y elevado nivel de abstracción, sino porque sus ideas escapan al sentido común y son difíciles de captar. Por ello acompaño este texto con el de E. Tenti, que explica de manera más llana el sentido de las principales ideas de los franceses.

Es esencial la comprensión de la proposición 0: la “violencia simbólica” que ha hecho historia en la sociología y es el núcleo de la teoría. Según ella, toda acción pedagógica es de naturaleza impositiva pero oculta la realidad que la fundamenta: el poder material de una clase sobre el resto. La educación agrega mediante este ocultamiento un plus simbólico a la dominación de clase, he ahí la “violencia” sublimada en una imposición a través del flujo simbólico controlado de la escuela cuyo efecto fundamental es invisibilizar y con ello naturalizar las relaciones de dominación entre clases.

Especificando la idea de violencia simbólica aparece la proposición de la educación como “imposición arbitraria de un arbitrario cultural”. Toda educación está basada en una arbitrariedad, no hay valores universales que puedan fundamentarla, sino solo el predominio de una clase y sus arbitrarios sobre las demás. Pero esta dominancia arbitraria debe disfrazarse de “universalidad”, “necesidad”, “orden natural”, etc.

Es fundamental entender el carácter intrínseco de esta idea: no es que la burguesía “obligue” a docentes, escuelas, etc. a inculcar sus ideas, sino que el hecho pedagógico mismo reproduce de manera no intencionada e inevitable el arbitrario cultural.

Para entender esto es necesario comprender exactamente las paradojas de Demóstenes (el maestro no puede “confesar” el carácter arbitrario y “mentiroso” de su saber sin caer en contradicción y negarse como maestro) y de Entidemo (el alumno no puede saber lo que no sabe sin caer en contradicción) en que se encuentra prisionera toda acción pedagógica: si se produce el encuentro entre alguien que no sabe lo que no sabe (el alumno) y alguien que sabe lo que no saben (el maestro) no puede no haber “violencia simbólica”: el maestro va a ratificar el no saber previo del alumno y tratar de “colmarlo” desde una universalidad de saber que vela su arbitrariedad.

Otras nociones fundamentales que han hecho historia son “la autoridad pedagógica y su autonomía relativa”, el “ethos” pedagógico en las clases dominantes y dominadas, el trabajo pedagógico primario y secundario, y el concepto de “habitus” y sus atributos (permanencia, exhaustividad y transferibilidad) aún vigentes en diversas ramas de las sociología contemporánea.

El concepto de “habitus” ha echado raices en las ciencias sociales y su campo de utilización es inmenso desde la sociología de la cultura hasta la sociología política. Tiene el enorme atractivo de su generalidad proveniente del hecho que no separa al sujeto de la estructura. El habitus es una formación mental del sujeto que intenta explicar las prácticas sin renunciar a la incidencia del mundo social objetivo. El habitus es cómo tal una hipótesis teórica que permite interpretar aquellas prácticas que reproducen las estructuras sociales de acuerdo a las formas de inculcación o socialización a las que estas mismas estructuras expusieron al sujeto. Es decir, constituye la forma subjetivada o incorporada de las estructuras objetivas, y al mismo tiempo da origen a las prácticas o formas objetivadas mediante la acción de reproducir las estructuras. Así la forma de encontrar una mediación teórica entre sujeto y estructura a través de la práctica, es pensarla como “habitus”. No debe confundirse el habitus con hábito, costumbre o conducta repetitiva inculcada, el habitus tiene un carácter flexible, adaptable, no son respuestas fijas, puntuales, específicas, sino principios generadores de prácticas afines a las condiciones de reproducción de estructuras sociales. En este sentido, los habitus incorporados en la escuela se adaptan y acomodan a nuevos ámbitos sociales en un proceso de retroalimentación flexible y de trasponibilidad entre contextos y situaciones. La fortaleza de un habitus se demuestra por su capacidad de activarse en situaciones y contextos que son en gran medida heterogéneos entre sí. Es decir, el habitus logra captar lo común entre situaciones diversas y logra predisponer a la acción de forma de preservar esencialmente los principios de la estructura social dominante.

Se han hecho diversos cuestionamientos críticos al concepto y a los usos muchas veces abusivos del mismo. Un primer cuestionamiento es que hay una cierta falacia o defecto epistemológico: el habitus rara vez es estudiado de manera directa sino a través de las prácticas que se supone son explicadas por el habitus inculcado previamente. En este sentido, es un “economizador” empírico ya que permite soslayar el trabajo incordioso de estudiar detalladamente a lo largo de muchos años los procesos de inculcación y luego en qué prácticas concretas de los individuos se vuelcan o no esos trabajos de inculcación.

Otro cuestionamiento es al carácter omniexplicativo y homogeneizador del habitus. Los individuos suelen estar expuestos a socializaciones e inculcaciones variadas y contradictorias. Su arsenal de habitus lejos de ser consistente está atravesado por una pluralidad tensa y la activación de los habitus depende de situaciones y tiempos particulares y no de una ley general. Así Lahire subraya los fenómenos de adormecimiento, inhibición, activación, compensación y otros, por los cuales los esquemas generadores y organizadores de nuestras prácticas difícilmente puedan ser leídos de manera lineal y uniforme.

TRABAJO PRACTICO 3 

Del siguiente listado ¿cuáles pueden analizarse como "habitus"? Justifique utilizando los tres atributos necesarios de todo habitus.
- Fumar
- Tomar mate
- Tomar apuntes de lo dicho por el profesor
- Usar uniforme
- Levantar la mano para pedir la palabra
- Formar en filas
- Ponerse de pie ante las autoridades
- Correr en los recreos
- Otro que se le ocurra y le parezca interesante....

17 comentarios:

  1. Banegas Jesica

    Se puede analizar como habitus, las siguientes prácticas: usar uniforme, levantar la mano para pedir la palabra, formar en filas, ponerse de pie ante las autoridades, los “buenos” modales en la mesa, sentarse adecuadamente. Ya que, pertenecen a practicas que cotidianas que son “naturalizadas” y que se fundamentan en bases totalmente arbitrarias pertenecientes a los intereses de las clases dominantes, es decir, no tienen un fundamento de carácter universal, sino que responden a cuestiones que tienen que ver con lo que esta “correctamente” aceptado, lo que se debe hacer, y que en cierta forma, es necesario para poder insertarse en la sociedad, una sociedad que se rige por los intereses de las clases dominantes. Estas se transforman en disposiciones durables y transferibles, “son factores estructurantes de las experiencias estructurantes posteriores”, es decir, que los habitus condicionan y determinan los aprendizajes posteriores. Se trata de una inculcación, en forma disimulada, que se da de forma eficaz y duradera.

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  2. Pueden considerarse habitus, las prácticas de fumar, tomar apuntes, ponerse de pie ante las autoridades; por un lado, estas prácticas no nos son inculcadas por nadie, ya que las hacemos arbitrariamente, nadie nos obliga a tomar apuntes, pero está visto como parte de la buena atenc
    ión en clase, y al ponerse de pie estamos avalando la superioridad de aquel que tenemos en frente, por lo cual advertimos que es una manera de representar a la sociedad en status de mayor y menor jerarquía inconscientemente, lo que nos da lugar a creer que los habitus son una forma de control de las clases dominantes; pero estas prácticas no nos son obligatorias, sino que forman parte de la moral social en la cual vivimos y reproduciendolas formamos parte de esa misma moral. Por otro lado así como nosotros las reproducimos, las siguientes generaciones lo seguiran haciendo para por la identificación de se tiene con esta determinada moral social, por lo que son transferibles y de esta forma se hacen así también durables porque persisten de generación en generación.
    Mónica Liñeiro
    Leg.: 22958

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  3. En general, la mayoría puede considerarse como "habitus" a través de la fundamentación de los tres atributos necesarios (transferibilidad, durabilidad y exhaustividad). Usar uniforme, formar fila, ponerse de pie ante las autoridades, levantar la mano para pedir la palabra son claros ejemplos de "habitus". La noción de transferencia está relacionada a la idea de que distintos comportamientos se inculcan de uno a otro generando una especie de cadena. La idea de durabilidad supone un sentido de permanencia que se gesta de generación en generación sin la capacidad de perder vigencia; y por último tiene un carácter exhaustivo ya que se manifiesta de tal manera que no da lugar a cuestionamientos o reflexiones acerca de si creemos correcta determinada acción o mandato.
    Podría ser un ejemplo de "habitus" sentarse de a dos en el aula?

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  4. Rotine,Silvia,DNI 1375774
    Si el H se demuestra por su capacidad de activarse en situaciones diversas, manteniendo la estructura dominante, creo que esta presente en: Levantar la mano,ponerse de pie ante las autoridades, tomar apuntes de lo dicho pòr el profesor, como ejemplo y dentro del ambito escolar, creo que la ubicacion del pizarron y del escritorio, donde se ubica el docente, como simbolo del Saber, del dueño del conocimiento. Saliendo de este, como ejemplo de actitudes dentro de la familia, especialmente de las Judeo-cristianas, la manera de relacionarse con el alimento,fundamentalmente los pueblos que sufrieron situaciones limites, guerras, hambrunas, y como las siguientes generaciones seguimos repitiendolas, mi recuerdo de mi Nona repitiendo "la comida no se tira" y al llegar a casa lo primero que preguntaba era "comiste", y como lo tengo internalizado, repitiendo con mis hijos, y ellos a su ves tambien lo repiten, aunque gracias a Dios, nunca nos falto el alimento,me corri del lo estrictamente escolar, por que creo que cumple con el concepto de transferibilidad, permanencia, exhautividad, e internalizado.

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  5. TRABAJO PRÁCTICO N°3:
    Un habitus hace que personas de un entorno social homogéneo tiendan a compartir estilos de vida parecidos. De este modo considero que el fumar y el tomar mate son comportamientos naturalizados, transferidos inconscientemente por las familias o individuos de una misma clase social. Se aprende mediante un proceso de familiarización práctica, transferible y que perdura en el tiempo. Por ejemplo, fumar para no engordar o para sentirse mayor en los adolescentes; tomar mate para compartir o fortalecer vínculos.
    En los casos de tomar apuntes de lo dicho por el profesor; usar uniforme; levantar la mano para pedir la palabra; formar en filas; y ponerse de pie ante las autoridades, también son habitus. Debido a que son un conjunto de esquemas generativos estructurados, que han sido conformados a lo largo de la historia, incorporados a la estructura social, mostrando el predominio de una clase sobre la otra disfrazándola como necesidad y orden natural. Estas acciones muestran un trabajo prolongado de interiorización de los principios de una arbitrariedad cultural, bajo la forma de un hábito duradero y transferible que crea prácticas conformes a estos principios.

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  6. El trabajo pedagógico es un trabajo orientado a la producción de habitus, estos inculcan impositivamente un determinado capital cultural de manera eficaz, duradera y transferible, produciendo prácticas conformes a la arbitrariedad cultural. El habitus como “sistemas de disposiciones duraderas, estructuras estructuradas predispuestas para funcionar como estructuras estructurantes” es un proceso de interiorización de la exterioridad (incorporación de estructuras sociales dominantes) y de exteriorización de la interioridad (organiza las prácticas y contribuye así a la reproducción de las estructuras). La productividad específica del trabajo pedagógico es lograr que el habitus que produce sea transferible, osea, capaz de engendrar prácticas conformes a los principios de la arbitrariedad inculcada, por ello tomar apuntes de lo dicho por el profesor, usar uniforme, levantar la mano para pedir la palabra, formar en filas o ponerse de pie ante las autoridades son habitus resultantes del paso por la escuela que funcionan como matriz para la estructuración de las experiencias profesionales. También el “habitus” es duradero ya que las prácticas anteriormente mencionadas continúan vigentes aún en la actualidad, así como el sentarse o pararse correctamente, no silbar o hacer silencio cuando habla el docente. Es la acción pedagógica la que impone significaciones legítimas, generando disposiciones en el interior del individuo ej. Cuando tocan la campana los alumnos deben forman fila para ser saludados por el director de la escuela, el cuerpo, entonces, es “habituado” a movimientos y maneras “correctas” corporales y verbales a fin de lograr “hombres cultivados” o plenamente realizados en la cultura legitima. El habitus es exhaustivo porque reproduce más completamente en sus prácticas los principios de la arbitrariedad cultural de un grupo o de una clase.Fumar, tomar mate o correr en los recreos son hábitos, costumbres o conductas repetitivas por lo que no podrían ser consideradas como “habitus”.

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  7. Teniendo en cuenta el hábitus, como una estructura cognitiva impuesta en la acción pedagógica, respondiendo a la arbitrariedad cultural propia de los intereses de las clases dominantes, se puede ejemplificar en: A) “usar uniforme”; dado un trabajo pedagógico secundario, que impone la inculcación de la utilización del uniforme, procura; 1) la permanencia de éste hábitus en la vestimenta que utilizarán los alumnos, una vez pasada esta acción pedagógica, cuando se inserten al campo laboral. En algunos empleos se utilizan uniformes definidos, en otros se utilizan vestimentas determinadas según el puesto que se ocupa o rol que se ejerce; 2) la transferibilidad; de utilizar una vestimenta determinada en cada ocasión; por ejemplo no es lo mismo vestirse para una fiesta que para ir a trabajar o pasear o quedarse en casa y 3) la exhaustividad en la cual se inculca éste hábitus (pudiendo ser propio del trabajo pedagógico primario o secundario, en el caso del “uniforme”) incapacitando otros preexistentes (si es secundario) o bien siendo profundo, propio de la arbitrariedad cultural. B) “levantar la mano para pedir la palabra” ya que en la escuela como trabajo pedagógico secundario inculca; 1) la permanencia de éste hábitus en el escuchar a los otros, hablar cada uno a su turno, pedir la palabra para ello. Si bien en todos los niveles de la educación no es habitual el “levantar la mano”, cuando éste hábitus ya está tan incorporado en la conducta de los alumnos (por ejemplo en la Universidad), se habla a su turno, se escucha a los otros, se reconoce el momento de habla de cada uno; 2) la transferencia de éste hábitus en otras instancias de la vida; por ejemplo: si bien en una reunión de amigos o de familia no se levanta la mano, se escucha a los otros, se habla a su turno, etc., o al menos para comunicarse con otros, esto debería ser necesario; y 3) la exhaustividad, ya que éste hábitus inculcado en la escuela rompe (por ejemplo) con el “interrumpir a los adultos cuando hablan” de los niños, para comenzar a dejar a que los adultos hablen y esperar un tiempo para hablar, escuchar y ser escuchado. C) “formar filas”; como se mencionó en clase, esta inculcación impuesta por la escuela para “poder observar a todos” promueve; 1) la permanencia en el tiempo; ya que una vez terminada la acción pedagógica seguimos manteniendo la estructura cognitiva de “sentirnos observados” o bien “ser observadores”; 2) la transferencia de éste hábitus en otros espacios de la vida; para mostrarse en el trabajo, mostrarse en una cena con los futuros suegros, para observar a los otros (maridos, esposas, amigos), 3) la exhaustividad; de ser un hábitus que rompe con cualquier estructura anterior: una vez inculcada todos somos parte del panoptismo social. D) “ponerse de pie ante la presencia de las autoridades”; éste hábitus, se daría en un trabajo pedagógico secundario, en el que se inculca el ponerse de pie como señal de respeto ante las autoridades (directores, vicedirectores. Éste , procurará; 1) la permanencia en el tiempo; una vez terminada la inculcación de éste hábitus el sujeto que lo asimiló lo seguirá reproduciendo, mostrando respeto ante las autoridades que se le presenten, 2) la transferencia de éste, ya que ante la presencia de cualquier tipo de autoridad (empleado - jefe de trabajo, hijo - padre, director- inspector), el sujeto se pondrá de pie, para mostrarle respeto (por ejemplo, ponerse de pie para saludarlo), o al menos es lo que está “bien visto” y es “socialmente acpetable” 3) la exhaustividad; ya que una vez éste hábitus adquirido e incorporado se anulan los preexistentes y éste se reproduce (y se va a reproducir hasta que no se instale otro hábitus).
    Natalia Bustamante Leg 21312

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  8. El hábitus inculcado durante la permanencia en el sistema educativo, de formar fila para ingresar a las aulas, es reforzado y transferido por los sujetos sociales a su cotidianeidad, una vez fuera de la escuela, en la necesidad aparente de organizar a los grupos de personas, por ejemplo, que deban abonar sus impuestos o realizar operaciones bancarias; de manera similar el levantar la mano para pedir la palabra en la escuela permitiendo los turnos de intercambio, para dar la oportunidad a todos los alumnos de expresar sus ideas, y es transferible a toda situación en la que exista una jerarquía de autoridad pedagógica entre los hablantes, por el contenido de lo que dice, quién lo dice, o bien en una reunión de personas que deseen dar a conocer sus ideas.
    El uso de uniforme es un hábitus incorporado por las instituciones educativas en un sentido de homogeneización, transferible al ámbito laboral y es aceptado por los empleados, por ejemplo en instituciones de salud o privadas.
    Enseñar el Himno Nacional y las Marchas Patrióticas durante toda la escolaridad, su interpretación en los actos escolares que evoquen la efeméride y la transferencia a los actos oficiales, eventos deportivos en los que participe un argentino, como dispositivo de identidad nacional y de pertenencia a un grupo.
    Liliana Lucero leg. 23104

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  9. Creo que todos pueden analizarse como hábitus.
    Algunos como fumar y tomar mate, construidos desde la familiarización como proceso implícito a partir de la pura práctica que tuvo un objetivo , un interés social-particular y encubierto de generarlos como costumbre, como cuestiones de clase.
    Los restantes corresponderían a los que construye la escuela, reproductivismo educativo, ya que cumplen con la permanencia (siguen vigentes a lo largo del desarrollo de la vida y fue iniciado en las instituciones educativas); son transferibles (aplicables en distintos contextos , sobre todo los que tienen que ver con el “orden” y el respeto por la autoridad); y con el atributo de exhaustividad , no genera dudas o confusión con otros al momento de utilizarlo, sólo corresponde un hábitus ante la situación que lo evoca o requiere su utilización.
    Noemí Pregliasco

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  10. Las conductas que realizaban los mayores cuando eran niños como por ejemplo, tomar apuntes, usar uniforme, levantar la mano para pedir la palabra, formar en filas, ponerse de pie ante las autoridades y correr en los recreos ,estas reproducciones siguen operando en la actualidad como habitus, como actitudes impuestas a nuestra identidad como alumnos, son productos de una construcción histórica y social, donde la escuela es la encargada de reproducir esta dominación.
    En cuanto a fumar y tomar mate, la condición de vida diferente reproducen habitus distintos que nos permiten disfrutar de alternativas, donde la cultura, aparece como cualidades naturales, como decir los argentinos toman mate o si fumas tal marca de cigarrillo perteneces a un determinado grupo social, donde estas preferencias culturales operan en una realidad social de pertenencia, delimitando las practicas de las personas y la relación con lo económico, lo cultural, las desigualdades y las relaciones de poder tienen mucho que ver con las diferentes estructuras sociales.
    En todos los casos mencionados se cumplen las tres características de regularidad, de transferencia y exhaustividad.

    Enriquez Silvia

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  11. Lopez, Vanesa.

    -Tomar apuntes de lo dicho por el profesor
    Este hecho es una arbitrariedad que se adquiere,por lo general en un ámbito universitario,terciario,aunque también se puede llevar a cabo en la escuela esta práctica,que implica el prestar atención a lo que está diciendo,relatando,etc el profesor.Y es precisamente,por lo dicho anteriormente que considero que esta arbitrariedad de tomar apuntes posee las características de un habitus,puesto que es duradera,transferible y exhaustiva,ya que aunque cese la acción pedagógica este habitus seguirá vigente (permanencia).Por ejemplo: en un trabajo cuando un superior,una autoridad,me transmite,comenta u ordena algo uno presta atención,como a la hora de tomar apuntes.Por ello mismo es transferible porque se adapta a otros contextos diferentes al momento pedagógico.
    Asimismo es exhaustivo porque al ser imprescindible el poner fija atención, se lleva a cabo el habitus lo más completamente fiel a los principios de la arbitrariedad.

    -Usar uniforme
    -Levantar la mano para pedir la palabra
    -Formar en filas
    -Ponerse de pie ante las autoridades
    Todos estos hechos los considero habitus puesto que cumplen con las particularidades de él (permanencia, tansferibilidad y exhaustividad),ya que son arbitrariedades inculcadas y que se repiten de la misma manera, es decir, siguen do los principios del habitus en otros ámbitos y contextos diferentes a la acción pedagógica; y que aluden a exponerse,demostrar respeto y no revelarse ante una autoridad.

    -Tomar mate
    Esta práctica también es una arbitrariedad cultural (a veces inculcadas,otras adquiridas,copiadas) que interpela a uno, y muchas veces creemos que es por gusto.Y que, muchas veces,representa un sentido de pertenencia a un país.

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  12. mariela Vlaho
    usar uniform
    levantar la mano para pedir la palabra
    formar en filas
    ponerse en pie ante la palabra
    Estos son habitus aprendidos en elambito escolar,desde el momento que uno se convierte en alumno, por las particularidades de permanencia, transferencia y exhaustividad, ya que permanecen en el tiempo y en toda institucion.

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  13. PAULA GONZALO :
    Hola a todos, perdón por colgar tarde, no me andaba la pc de casa, y en el ciber se borran los comentarios por lo visto.
    Sabiendo que el habitus posee 3 características: Regularidad-transferencia e exhaustividad. En mi parecer:
    (Esta incorporado al sujeto, lo hace en cualquier ámbito y además es una acción que es incompatible con otros habitus)
    Toma mate
    Fumar
    Tomar apuntes del pofesor
    Usar uniforme
    Formar fila
    Son habitus ya que se dan mediante un acto pedagógico (Alguien que le enseña a otro), ejerciendo violencia simbólica, aunque ésta esté no de cuenta de ello, ocultando relaciones de fuerza.
    En cuanto a ponerse de pie frente a las autoridades me parece q no ya que en el ámbito escolar puede hacerse o no según el colegio, y además no es transferible ya que en un trabajo menos formal no es necesario.
    Tampoco levantar la mano para habla ya que en un trabajo o cuando estás en reuniones de familia uno no levanta la mano quedando afuera las características de un habitus.
    Y por ultimo correr en los recreos no es un habitus por lo siguiente: uno al Salir del ámbito escolar no está corriendo por la vida, y además este comportamiento no es exhaustivo ya que da lugar a que los demás opinen si esta bien o mal , es decir es discutido por la autoridades o los responsables de los chicos. No es arbitrario.
    Mi ejemplo es cantar en la cancha. Me parece que puede llega a ser un habitus ya que el cantar esas canciones esta incorporado en él , tiene característica transferible ya que al salir del lugar sigue con ese comportamiento el la casa por ejemplo y es exhaustivo.

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  14. A mi entender, según lo leído en los textos y lo debatido en clase, podría analizarse como bajo el concepto de “habitus” (H) a:

    -Levantar la mano para pedir la palabra
    - Formar en filas
    - Ponerse de pie ante las autoridades
    -Tomar apuntes de lo dicho por el profesor

    Teniendo en cuenta la definición: “es una formación mental del sujeto que intenta explicar las prácticas sin renunciar a la incidencia del mundo social objetivo” es decir, darle sentido a las practicas a las que uno esta expuesto por ser un individuo social, y estar inmerso en las estructuras sociales demanda esta necesidad. Una de las características primordiales es no confundirla con el hábito (costumbre, instinto, rutina, etc.) por este motivo deje de lado los ejemplos tales como: Fumar, Tomar mate, Usar uniforme y Correr en los recreos, porque a mi entender, los consideré hábitos, o costumbres de la vida cotidiana.
    El habitus cuanta con 3 características que son “regularidad”, “transferible” y “exhaustividad”. Si cumple con estas, se puede considerarlo habito. La primera hace referencia al carácter activo que posee, sobrepasando a la acción pedagógica. La segunda deja en claro que se puede aplicar en contextos diferentes y la tercera, quiere decir que un H desplaza al otro, que puede haber solo uno.
    Las 5 practicas que elegí, hacen referencia a las características propias del H, ya que están por encima de la AP, se pueden aplicar en contextos diversos ya sea el colegio, el trabajo, etc. y son habitus únicos, no puede haber otra interpretación de ellos, es algo naturalizado.

    Disculpen por la demora... Ludmila Vega legajo 21716

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  15. Gutierrez Yesica
    Legajo: 21.749
    A mi entender lo que puede ser tomado como habitus son los siguientes ejemplos
    - Levantar la mano para pedir la palabra
    - Formar en filas
    - Ponerse de pie ante las autoridades
    - Tomar apuntes de lo dicho por el profesor

    Debido a que el concepto de habitus dado por Bourdie significa una forma de organización a disposición de un contexto donde hay violencia simbólica que esta marcada por las relaciones de fuerza que se dan entre dos personas o mas .El habitus garantiza que se den las relaciones de fuerza y para esto el habitus debe estar constituido por tres reglas que son la regularidad o permanencia , que sea transferible es decir que se aplique en distintos contextos entre si , y por ultimo la exhaustividad es decir que para una misma situación haya un mismo habitus .
    En cuanto a la consigna creo que los ejemplos dados como tomar apuntes, levantar la mano para pedir la palabra cumple con los requisitos previamente dados además de ser formas utilizadas en cualquier contexto con el mismo significado siempre.
    Y a mi parecer yo agregaría como habitus el hecho de levantar la mano para detener el colectivo o un taxi situación que tiene el mismo significado en cualquier contexto.
    DISCULPE LA DEMORA TENIA PROBLEMAS CON MI CONEXION A INTERNET.

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  16. Alvarez Maria Laura
    Aprovechando el potencial interpretativo del concepto de hábitus, considero que todas las conductas mencionadas pueden analizarse como originadas por ellos. Esto en tanto es posible imaginar su contribución a la perpetuación de las relaciones de fuerza en la sociedad.
    Permanencia Flexibilidad Exhaustividad
    Las conductas de: tomar apuntes de lo dicho por el profesor, levantar la mano para pedir la palabra, formar en filas, ponerse de pie ante las autoridades e incluso, correr en los recreos, remiten a la existencia de un hábitus de exteriorización de reconocimiento y sumisión a la autoridad, del que serían manifestaciones flexibles y cuya formación comienza con la AP de la familia y es reafirmada en el resto de las instituciones educativas.
    Estas formas flexibles del mismo hábitus entrañan disposiciones corporales que involucran en su totalidad al sujeto bajo control y permiten detectar fácilmente a los infractores. Éstos últimos, no dejan de manifestar, con su conducta desviada, la inculcación del hábitus. Así, por ejemplo, el alumno que corre en el recreo, lo hará cuando la maestra no lo mira, o si se lo reta, dirá que ya entendió que no debe volver a hacerlo. Se me ocurre que otra forma de este hábitus es la conducta del adulto que, en el trabajo, chatea con los amigos o juega al solitario si su jefe no está cerca.
    Exterioriza su reconocimiento a la autoridad de su profesor el universitario que toma nota de lo que está escuchando –aún cuando ya lo tiene explicado en el libro- y que repetirá en su examen los más textualmente que pueda, a menos que el mismo docente le indique no hacerlo. En el futuro, ante su jefe, el universitario no tomará apuntes, pero interrumpirá sus otras tareas si el jefe se acerca a hablarle, le prestará atención, o pondrá cara de que lo hace. Incluso, como el alumno, tal vez se atreva a pedir que le repita algo o a hacerle una pregunta que demuestre su interés en el tema.
    Fumar, tomar mate y usar uniforme son conductas que puedo relacionar con la existencia de un hábitus de distinguirse como parte de un grupo. Ello, mediante la adquisición de bienes de consumo. Otras formas de este hábitus serían: ponerse una escarapela y conmemorar el “día patrio” desayunando chocolate con churros y almorzando empanadas. De lomo en casos particulares. O bien adquirir una camiseta de un equipo deportivo y usarla al ir al trabajo si el equipo mencionado ha ganado algo.
    Relacionado con lo anterior, otras conductas que se me ocurren tienen que ver con la organización, invitación y concurrencia a fiestas de casamiento, bautismos, y cumpleañosde 15.

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  17. TP3
    Se puede analizar como “habitus” el tomar apuntes de lo dicho por el profesor, formar filas, levantar la mano para pedir la palabra, ponerse de pie ante las autoridades. Tomando lo antedicho podemos decir que cumple con los atributos necesarios de durabilidad, transparencia y exhaustividad, porque al pasar el tiempo estás prácticas se siguen sosteniendo en el ámbito social requerido, se van reproduciendo a través de los grupos sociales y también del tiempo.
    María Cecilia Bruzón

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