miércoles, 20 de abril de 2016

Texto de apoyo y TP 3 Unidad 2 parte B

La influencia del marxismo y los clásicos de la sociología crítico-reproductivista de la educación


Aunque en forma alguna pueda pensarse que K.Marx haya contribuido de manera directa a la reflexión sobre la educación, su importancia deviene de las aplicaciones de sus teorías sobre el capitalismo a los más diversos ámbitos de la vida social. La herencia del pensamiento marxista ha sido revalorizada en Europa al combinarla con hallazgos y desarrollos teóricos de diversas disciplinas (el psicoanálisis, la teoría literaria, la estética, la filosofía existencialista, la fenomenología, etc.) en el periodo de entreguerras por la Escuela de Frankfurt (Adorno, Horckheimer, más tarde Marcuse) y en la conmocionada década del 60 a partir de los trabajos de Althusser (y luego por Goldmann, Godelier,  Badiou) influido por el estructuralismo de la lingüística y la antropología. Asimismo, en Italia fue exhumado el pensamiento de A. Gramsci en el último medio siglo inaugurando un renovado interés del marxismo por las cuestiones políticas y culturales, cuestión está también jerarquizada por el enorme trabajo de los “historiadores” ingleses (Thompson, Williams, Stuart Hall). Aunque es fácil decir hoy que el marxismo casi no tiene preeminencia en ningún centro académico importante del mundo, eso no significa que no haya impregnado de diversas y sorprendentes modos casi todo el pensamiento crítico contemporáneo y que en diversos discursos científicos no se encuentren restos o huellas de este pensamiento.

El punto de partida de la lectura marxista de la educación es la noción de “superestructura” jurídico-político-ideológica, y la fórmula fundamental del materialismo histórico: “No es la conciencia la que determina al ser social, sino que es el ser social el que determina la conciencia”. La conciencia de los hombres, las representaciones que se hacen del mundo, sus ideas, conocimientos, etc. reflejan, expresan o dan forma al modo en que los hombres producen su vida social y material. Los hombres llegan al mundo en condiciones que ellos no han elegido ni controlan, el orden social preexiste a la voluntad individual, y las ideas que los hombres se hacen del mundo dependen más de cómo es ese mundo que de cómo es la mente de los hombres. El ordenador esencial del mundo es en el marxismo el "modo de producción de la vida material", es decir las relaciones que el hombre mantiene con otros hombres y con las cosas en el trabajo y en la naturaleza, que constituyen la infraestructura o base económica de una sociedad en la que se definen las clases sociales (amos/esclavos, señores/siervos, obreros/burgueses) a la que corresponden una serie de instituciones, creencias, cultura, etc., es decir una superestructura donde naturalmente se coloca “la educación” y que tiene por finalidad reproducir en la mente, las creencias, los pensamientos y las leyes y conductas de los hombres, el modo de producción de la sociedad y el predominio de la clase dominante en la misma.

Según estos grandes principios teóricos, la educación es una actividad de la superestructura, controlada por las clases dominantes, que procura la perpetuación en la mente de los sujetos del orden social de dominación y explotación.

Sin embargo, tomar al pie de la letra estas proposiciones fundamentales equivaldría a renunciar al cambio histórico. Marx concibe el dinamismo histórico como producto de una doble juego de contradicciones. Por un lado, dentro de la infraestructura económica la contradicción entre las fuerzas productivas (especialmente la ciencia y la tecnología, la organización social del trabajo) y el modo de apropiación de la riqueza (las relaciones de propiedad). Por otro lado, la relación base/superestructuras también está animada por una contradicción: el desarrollo de un modo de producción o su agotamiento hacen obsoletas las instituciones, leyes y formas ideológicas que hereda o que arrastra del pasado, por lo que las tendencias al cambio son tan importantes como las tendencias a la reproducción.

Este carácter “dinámico” de los planteos clásicos de Marx se ve en una de las pocas referencias de K. Marx a la educación, la importante 3era. Tésis contra el materialismo de Feuerbach que data de 1845: “La teoría materialista del cambio de las circunstancias y de la educación olvida que las circunstancias las hacen cambiar los hombres y que el educador necesita a su vez ser educado... la coincidencia del cambio de circunstancias con el de la actividad humana o cambio del hombre mismo solo puede concebirse y entenderse como práctica revolucionaria”. Aquí podemos ver que el cambio de las circunstancias es el verdadero “educador” del hombre tanto como que el hombre es el que llega a cambiar las circunstancias a través de la práctica revolucionaria.

Dentro de la tradición europea del marxismo tenemos varios hitos conceptuales que no por no estar incluidos en el programa y los textos son menos importantes.

1) Gramsci introduce la idea de “hegemonía”. Las clases dominantes no se imponen solamente por la superioridad de medios materiales y la represión, sino que se muestran capaces también de conquistar el consenso o al menos el consentimiento de las clases subalternas. Para ello deben ser capaces de presentar sus intereses particulares como intereses “generales” como “bien común a todos”, y deben ser capaces de introducir esta idea como “sentido común” cotidiano en las mismas clases subordinadas. Las clases dominantes usualmente intentan asumir la “dirección moral e intelectual” de la sociedad no solo persuadiendo e inculcando sus propios valores y persiguiendo o suprimiendo los valores antagónicos, sino también integrando o captando para sí (apropiándose de) los valores o creencias de los subordinados. La construcción hegemónica es una verdadera “colonización” de la vida mental y cultural y uno de los medios más importantes de esta empresa son las instituciones educativas.

2) Althusser complejizando la noción de “hegemonía” introduce la idea de “aparatos ideológicos del estado”. El Estado reproduce el orden social no solo mediante sus aparatos represivos y jurídico-políticos, es decir, mediante el monopolio de la fuerza, la autoridad y la ley, sino por medios ideológicos de aceptación del orden social. El estado contemporáneo es una compleja trama de instituciones que tienen por función lograr que los individuos piensen y se representen su realidad de manera compatible con el sostenimiento del orden social. No solo las escuelas, sino también la prensa, los medios de comunicación, las iglesias, la publicidad, etc. están destinadas a dos grandes tareas de reproducción “ideológica del capitalismo”: a) “interpelar a los individuos como sujetos” que significa que todas estas instituciones nos “hacen creer” que el orden social es producto de nuestras elecciones como sujetos (elegimos nuestros gobiernos, elegimos si estudiar o esforzarnos para tener éxito, elegimos lo que consumimos, etc.) y b) “establecer relaciones imaginarias con nuestras condiciones reales de existencia”: todas estas instituciones tienden a ocultar, disfrazar y desfigurar la realidad de la opresión, la alienación y la explotación a la que estamos sometidos (por ej. comprar una ropa o zapatillas de marca o un celular a colores, aparecen como la forma de la “realización personal” ocultando las realidades que operan por debajo de ellas: trabajo esclavo de talleristas bolivianos, trabajo infantil en países asiáticos, dejar sin empleo a trabajadores locales, etc.).

No vamos a desarrollar sino solo a mencionar otros aportes como los de Lukacs sobre la noción de “falsa conciencia”, y el de Adorno, Marcuse y otros de “alienación”.

Hacia fines de los 60 aparece el texto que Uds. tienen en la bibliografía obligatoria “La reproducción...” de P. Bourdieu y J.C Passeron (en adelante B&P) y que constituye uno de los clásicos de la sociología de la educación en general, y quizás el progenitor de todas las teorías reproductivistas en general. Si Althusser había analizado el papel del estado y de la educación como una de sus instancias, lo había hecho desde una visión de conjunto de la sociedad capitalista. B& P analizan resueltamente la arquitectura interna del hecho pedagógico mismo desde un punto de vista inspirado en el marxismo, aunque en diversos puntos se aleja del mismo. B&P buscan la “reproducción” del orden social de dominación no en el papel que cumple la educación en un sistema  general, sino en la misma constitución interna de la “acción pedagógica”.

El texto obligatorio está compuesto por fragmentos seleccionados, no se preocupen por las partes truncas. Tiene una estructura expositiva muy particular: son proposiciones ordenadas según un nivel de generalidad ascendente y un nivel de especificación descendente. Dentro de la bibliografía hay un Gráfico de mi autoría que sintetiza con un diagrama de flujo las relaciones entre las proposiciones.

Es quizás el texto que más cuesta a los alumnos  no solo por su tipo de escritura y elevado nivel de abstracción, sino porque sus ideas escapan al sentido común y son difíciles de captar. Por ello acompaño este texto con el de E. Tenti, que explica de manera más llana el sentido de las principales ideas de los franceses.

Es esencial la comprensión de la proposición 0: la “violencia simbólica” que ha hecho historia en la sociología y es el núcleo de la teoría. Según ella, toda acción pedagógica es de naturaleza impositiva pero oculta la realidad que la fundamenta: el poder material de una clase sobre el resto. La educación agrega mediante este ocultamiento un plus simbólico a la dominación de clase, he ahí la “violencia” sublimada en una imposición a través del flujo simbólico controlado de la escuela cuyo efecto fundamental es invisibilizar y con ello naturalizar las relaciones de dominación entre clases.

Especificando la idea de violencia simbólica aparece la proposición de la educación como “imposición arbitraria de un arbitrario cultural”. Toda educación está basada en una arbitrariedad, no hay valores universales que puedan fundamentarla, sino solo el predominio de una clase y sus arbitrarios sobre las demás. Pero esta dominancia arbitraria debe disfrazarse de “universalidad”, “necesidad”, “orden natural”, etc.

Es fundamental entender el carácter intrínseco de esta idea: no es que la burguesía “obligue” a docentes, escuelas, etc. a inculcar sus ideas, sino que el hecho pedagógico mismo reproduce de manera no intencionada e inevitable el arbitrario cultural.

Para entender esto es necesario comprender exactamente las paradojas de Demóstenes (el maestro no puede “confesar” el carácter arbitrario y “mentiroso” de su saber sin caer en contradicción y negarse como maestro) y de Entidemo (el alumno no puede saber lo que no sabe sin caer en contradicción) en que se encuentra prisionera toda acción pedagógica: si se produce el encuentro entre alguien que no sabe lo que no sabe (el alumno) y alguien que sabe lo que no saben (el maestro) no puede no haber “violencia simbólica”: el maestro va a ratificar el no saber previo del alumno y tratar de “colmarlo” desde una universalidad de saber que vela su arbitrariedad.

Otras nociones fundamentales que han hecho historia son “la autoridad pedagógica y su autonomía relativa”, el “ethos” pedagógico en las clases dominantes y dominadas, el trabajo pedagógico primario y secundario, y el concepto de “habitus” y sus atributos (permanencia, exhaustividad y transferibilidad) aún vigentes en diversas ramas de las sociología contemporánea.

El concepto de “habitus” ha echado raices en las ciencias sociales y su campo de utilización es inmenso desde la sociología de la cultura hasta la sociología política. Tiene el enorme atractivo de su generalidad proveniente del hecho que no separa al sujeto de la estructura. El habitus es una formación mental del sujeto que intenta explicar las prácticas sin renunciar a la incidencia del mundo social objetivo. El habitus es cómo tal una hipótesis teórica que permite interpretar aquellas prácticas que reproducen las estructuras sociales de acuerdo a las formas de inculcación o socialización a las que estas mismas estructuras expusieron al sujeto. Es decir, constituye la forma subjetivada o incorporada de las estructuras objetivas, y al mismo tiempo da origen a las prácticas o formas objetivadas mediante la acción de reproducir las estructuras. Así la forma de encontrar una mediación teórica entre sujeto y estructura a través de la práctica, es pensarla como “habitus”. No debe confundirse el habitus con hábito, costumbre o conducta repetitiva inculcada, el habitus tiene un carácter flexible, adaptable, no son respuestas fijas, puntuales, específicas, sino principios generadores de prácticas afines a las condiciones de reproducción de estructuras sociales. En este sentido, los habitus incorporados en la escuela se adaptan y acomodan a nuevos ámbitos sociales en un proceso de retroalimentación flexible y de trasponibilidad entre contextos y situaciones. La fortaleza de un habitus se demuestra por su capacidad de activarse en situaciones y contextos que son en gran medida heterogéneos entre sí. Es decir, el habitus logra captar lo común entre situaciones diversas y logra predisponer a la acción de forma de preservar esencialmente los principios de la estructura social dominante.

Más acerca del habitus. Algunas aclaraciones

El concepto de habitus  es una elaboración teórica que permite acceder a las formas en que las estructuras sociales se convierten en estructuras  mentales individuales.  No abarca  solo “conceptos” en el sentido de ideas racionales, o valores morales, etc.  sino “afectos”, “posturas corporales”, “actitudes”, “mecanismos cognitivos” y cualquier tipo de disposición que sea relevante para reproducir un orden de dominación. Esto es importante: los habitus son disposiciones duraderas, transferibles y exhaustivas, fruto de procesos de inculcación (trabajo pedagógico, autoridad pedagógica), que aseguran -o al menos tienden a asegurar- que nuestras prácticas y comportamiento social sea congruente, reproduzca o -al menos no atente contra- el orden social establecido, es decir, las relaciones de fuerza entre clases que dan origen a las acciones de inculcación y la violencia simbólica que está en su base. Los habitus son las estructuras interiorizadas que generan las orientaciones de conducta que nos hacen adaptar y ser funcionales a un orden social. El orden social se reproduce a través de nuestras conductas estructuradas mediante los habitus inculcados que se han hecho carne en nosotros violencia simbólica mediante.

No hay confundir los habitus con “contenidos fijos” de conceptos, emociones o usos del cuerpo.  Incluso la obra de Bourdieu partiendo de Aristóteles comienza enfatizando la forma en que se inculcan los usos, las posturas o posiciones y movimientos corporales.  Pero las conductas concretas sean corporales, emotivas o intelectivas pueden ser analizadas como habitus no por el grado de pregnancia, arraigo o repetición, sino cuando su sentido es reproducir el orden social y las relaciones de fuerzas establecidas.
Los “habitos”, “costumbres”, “actos reflejos”, no constituyen “habitus” por el mero hecho de estar incorporados y repetirse, sino porque se inscriben de forma eficazmente reproductiva en un orden social. 
El carácter de habitus se ve en la forma específica que adopta tal o cual conducta y no en el contenido repetitivo mismo de la conducta. El habitus permite acceder al sentido (socialmente reproductivo) de nuestros comportamientos, es decir a aquella matriz de disposiciones que explica la forma particular que asume nuestra conducta social. Ej: para un chico de 10 años  hacer cuentas o resolver problemas de regla de tres simple en la escuela para aprobar una prueba y  hacer cuentas y resolver problemas de regla de tres simple para recoger y vender carton, moviliza habitus distintos aunque el contenido intelectivo sea el mismo. Las disposiciones que se activan en uno y otro caso son completamente distintas y obedecen a procesos de inculcación y socialización distintos.  Por eso puede haber chicos que no fallan al hacer  cálculos concretos con billetes y balanzas y fallan cuando se les presenta el mismo problema sobre el papel o el pizarrón.  También ocurre al revés, algún chico puede ser muy brillante para manejar números en la escuela pero sumamente confuso para calcular vueltos en el supermercado.  Los habitus no deben interpretarse como conductas fijas puntuales sino como matrices de disposiciones que explican eso que hace que una conducta reproduzca algún aspecto de las relaciones sociales y el arbitrario cultural. El ejemplo típico de la campana, la marcación del tiempo, la formación de entrada o salida en la escuela no son cosas que los chicos vayan a hacer en otros ámbitos y sin  embargo tienen un gran poder de estructurar estas matrices de disposiciones que se van a activar más tarde en situaciones completamente distintas. La puntualidad y el reconocimiento de que los ritmos de la vida social quedan a cargo de las instituciones; la obligatoriedad de exponerse a la mirada de la autoridad, “obligación de no esconderse”, etc. pueden ser interpretados como formas de pautar segmentos de nuestra conducta social para que no caiga en contradicción con los imperativos del orden dominante.

Para seguir con la matemática,  en Japón la técnica de cálculo operativa con el ábaco modifica el habitus racional de hacer operaciones mentales con números, convirtiéndola en operaciones manuales y visuales correlativas.  Obsérvese que un niño japonés en nuestras escuelas tendría 0 en matemática porque la escuela aquí inculca otros habitus de trabajo con números. Lo que la escuela evalúa no es la “operación mental” matemática sino determinado tipo de operación mental, estructurada de determinada manera. El habitus dominante occidental maximiza la separación entre lo intelectual y lo manual (mover con las manos las cuencas del ábaco), mientras que el oriental no lo hace. Los habitus cognitivos para el cálculo seguramente están cambiando aceleradamente en occidente producto de la generalización del uso de dispositivos digitales. El habitus matemático ya no es el que apunta en la resolución en papel y lápiz, sino en una pantalla usando un software y un teclado. Los currículos de materias como matemáticas pueden estar sesgados (por los contenidos que seleccionan) hacia destrezas de cálculo ligadas al álgebra financiera, hacia la estadística, hacia la resolución de problemas de eficiencia productiva, hacia problemas de ciencias naturales, física, etc.   

Los mismo pasa en Lengua: determinadas palabras (son "malas" no pueden pronunciarse), determinadas formas de hablar (especialmente de las clases populares, minorías étnicas, etc.) son "incorrectas" o menospreciadas, y determinadas manifestaciones literarias son denigradas o directamente rechazadas (la rima popular, la picaresca, los cánticos de cancha, la cumbia villera, etc.). Sin dudas todos somos objeto de inculcación de habitus linguísiticos acerca de la forma de hablar, de escuchar, de pronunciar, de combinar las palabras, de seleccionarlas, etc. Por eso cuando nos topamos con alguien del interior o de culturas con habitus distintos (aunque siempre dentro de la lengua castellana) no terminamos entendiéndoles y consideramos que hablan mal o no saben hablar. 

Por todo ello cuando se pide un ejemplo concreto de habitus no se pide una conducta específica concreta que se diferenciaría de otras “no habitus”, sino por la forma en que cualquier conducta está moldeada de forma tal que reproduzca el orden social dominante. El habitus está allí en muchísimas conductas como una forma de entender el destino final (en las conductas y actitudes que vamos a adoptar en el resto de nuestras vidas) de lo que nos inculcaron y de la violencia simbólica a la que fuimos sometidos.

Un tipo especial de habitus para analizar es el de las animadversiones, los rechazos, lo que nos produce inmediata irritación y repugnancia. La selección de las conductas que estamos inculcados para rechazar (desde los modales, hasta el robo) también son moldeados por los habitus: nos produce gran indignación que un adolescente pobre arrebate un celular en un tren, no nos produce tanta indignación que las empresas de celulares nos cobren una y otra vez toda clase de cargos. Produce indignación que la AUH se la gasten en zapatillas o celulares, pero no produce tanta indignación, sino incluso a veces admiración, que las divisas que el país consigue dificultosamente con las exportaciones se gasten en viajes al exterior y en autos o bienes de lujo importados. 

En realidad, Bourdieu seguramente estaría de acuerdo en plantear que el habitus nunca se limita o reside simplemente en conductas concretas, en sus características  "objetivas" sino en cómo relacionamos esta objetividad con otras cosas que no están en la conducta concreta y que esa relación permite agrupar o vincular series de comportamientos que son relevantes para el mantenimiento del orden. Fíjense que si la teoría, los conceptos, son correspondencias con las cosas particulares del  mundo, no hay que pensar demasiado. El habitus obliga a pensar porque es un concepto que intenta establecer un puente entre la "concretez" particular de cualquier conducta con todas las demas conductas relevantes para mantener determinado orden social, y esas conductas no están incluidas en la conducta ejemplificante. Solo podemos acceder a ejemplificar el habitus "analizando" y no invocando "hechos" u objetos del mundo que satisfagan condiciones del concepto. Todo ejemplo de habitus incluye su incorporación analítica a una serie de disposiciones y acciones posibles como respuestas a problemas del orden dominante. 

Por supuesto que los habitus no son producto de programas o acciones específicas de inculcación deliberada: no figuran en los programas ni en las mentes de las maestras!!!! Los habitus son trasmitidos a través de lo que muchos de Uds. seguramente llaman el “curriculum oculto”, como forma insensible de asimilación, como pedagogía invisible, como afinidad o familiaridad. Cuanto más pensamos que algo es “natural”, “tiene que ser así”, “no puede ser de otra manera”, etc. más significa que ese comportamiento está determinado por habitus bien arraigados y sin contradicciones. Analizar nuestras conductas como habitus nos obliga a vernos como “extraños” a nosotros, nos obliga a desnaturalizarnos y concebirnos como depositarios de habitus y moldeados por la violencia simbólica de las agencias de dominación: familia, escuela, medios de comunicación, etc.

En definitiva, dada una conducta, una práctica social extendida, cualquiera sea, el concepto de Bourdieu nos lleva a pensar en su génesis: las inculcaciones de la que provienen y a qué aspectos del orden social contribuye a reproducir.


Se han hecho diversos cuestionamientos críticos al concepto y a los usos muchas veces abusivos del mismo. Un primer cuestionamiento es que hay una cierta falacia o defecto epistemológico: el habitus rara vez es estudiado de manera directa sino a través de las prácticas que se supone son explicadas por el habitus inculcado previamente. En este sentido, es un “economizador” empírico ya que permite soslayar el trabajo incordioso de estudiar detalladamente a lo largo de muchos años los procesos de inculcación y luego en qué prácticas concretas de los individuos se vuelcan o no esos trabajos de inculcación.

Otro cuestionamiento es al carácter omniexplicativo y homogeneizador del habitus. Los individuos suelen estar expuestos a socializaciones e inculcaciones variadas y contradictorias. Su arsenal de habitus lejos de ser consistente está atravesado por una pluralidad tensa y la activación de los habitus depende de situaciones y tiempos particulares y no de una ley general. Así Lahire subraya los fenómenos de adormecimiento, inhibición, activación, compensación y otros, por los cuales los esquemas generadores y organizadores de nuestras prácticas difícilmente puedan ser leídos de manera lineal y uniforme.

TRABAJO PRACTICO

Consigna 1)  Piense en su tema de trabajo final e intente identificar o detectar (aunque sea de manera tentativa o hipotética) habitus y elementos de violencia simbólica en el mismo.

RECUERDE QUE HABITUS SIGNIFICA RELACIONAR LAS PRACTICAS CON LA REPRODUCCION DE UN ORDEN SOCIAL QUE PRODUCE ASIMETRIAS ENTRE LAS CLASES A LAS QUE PERTENECEN LAS PERSONAS. PARA DETERMINAR EL HABITUS HAY QUE PREGUNTARSE QUÉ PARTE DEL ORDEN SOCIAL Y DE ESTAS ASIMETRIAS REPRODUCE LA PRACTICA QUE ANALIZAMOS


15 comentarios:

  1. Federico Pretel


    Mi tema es la normalización de la sexualidad. ¿Cómo se reproduce tal mecanismo social a través del hábitus en la institución escolar? Ya desde los primeros ideólogos de la institución escolar aparece una división tajante y desigual entre la educación fememina y la masculina. Rousseau, en el Emilio, marca tal diferencia al advertir que los hombres deben formarse para el espacio público y las mujeres para el espacio domestico y privado. Si bien esta perspectiva pertenece a otro contexto -es decir, despojada de la noción de género-, sigue vigente al igual que otros grandes normalizadores de la institución escolar y sus prácticas. Se genera a partir de esto discursos que luego se hacen norma en la escolaridad. Es común ver en el Jardín la diferenciación que sea hace entre niños y niñas en el color de la insignia de sus nombres, diferenciando ya en edades prematuras las diferencias arbitrarias de sexo, encausando a la reproducción de tal elemento.
    Los contenidos curriculares que se verán luego, en la escuela primaria y secundaria, siguen reproduciendo el hábitus del hombre como el ser de palabra pública. ¿Cuántos libros de literatura escrita por hombres son leídos y cuántos escritos por mujeres? La diferencia es notable, la voz pública, la voz literaria y científica le pertenece en mayor medida a la del hombre.
    Este hábitus se reproduce marcando tanto al portador de voces, generando un silencio por parte de sexo femenino. ¿Por qué no leemos a Virginia Woolf o a Rosa Luxemburgo que son tan imprescindibles como Borges y Marx?
    Los contenidos curriculares, la vestimenta, las insignias, los colores, las actividades de educación física, una serie de mecanismos que generan un hábitus que se reproduce de manera desigual en cuanto a la sexualidad de los sujetos, generando así, hombres públicos y mujeres domésticas.
    Cabe destacar que la dialéctica misma de la conciencia histórica está apaciguando las cosas con los nuevos discursos como la teoría Queer.

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  2. De Ceciclia Ponce y Paula Merlo

    "El poder crea la verdad"
    La pedagogía consiste en la imposición de significaciones. Muchas veces la escuela reproduce prácticas sobre cuyo sentido nunca se ha interrogado. De la misma manera, como mitos, parecen dar cuenta de una verdad revelada y en tal carácter sustentan explícita o implícitamente la tarea educativa. El orden social es una autocreación arbitraria, no es natural. En una sociedad desigual basada en relaciones sociales de dominación/ subordinación, el “saber legítimo” es el impuesto por quienes tienen la capacidad de hacer prevalecer su visión de lo que es “la realidad”. Estas representaciones sociales producen en la relación conocimiento-poder la orientación de las conductas individuales y colectivas en la familia, en el trabajo, en la escuela, etc. De una manera u otra, estas conductas favorecerán el status quo o el cambio.
    Considerando el tema seleccionado “autoridad docente”, identificamos el “habitus” de ponerse de pie para saludar. El mismo cumple con los tres atributos puesto que permanece luego de la acción pedagógica, de hecho se repite sin pedido verbal del profesor, el solo verlo parado en la puerta hace que todos se pongan de pie para el saludo inicial. Es adaptable a otros contextos para un mismo tipo de respuesta, como por ejemplo en el ámbito laboral, en una reunión de trabajo cuando ingresa el gerente o jefe, todos se ponen de pie para saludarlo.
    Es entendido este saludo como una acción que manifiesta el reconocimiento de la jerarquía, de quien tiene y puede ejercer el poder. Creemos que hay violencia simbólica porque se establecen las relaciones de fuerza en el dominio de un agente sobre otro. De esta manera se genera la legitimación o legitimidad de la reproducción del orden establecido de las clases dominantes.

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  3. sobre los indicadores actuales que hace que incremente la cantidad de alumnos de secundaria con problemas de violencia y que tienen bajas calificaciones que llegan abandonar la escuela,referido al tema de habitus, estas organizaciones educativas están compuestas por individuos o grupos para conseguir determinados objetivos por funciones diferentes racionalmente de cierta estabilidad coordinada.Estas organizaciones son como entidades de estabilidad en el que el personal desempeña distintas funciones, armonizadas a los objetivos,entre estas organizaciones se encuentra la falta de claridad en sus metas, ya que son metas complejas lo que hace difícil diseñar los procesos,valorar su implementacion y decidir su eficacia,todo esto logra la baja estructuración de la organización, la naturaleza esta en el acto educativo,poco formalizada,con funciones poco compartidas cuya eficacia depende del acuerdo y de la capacidad de trabajo conjunto.De todo esto se puede hablar de la violencia como acto intencional,dirigido a dominar y agredir,casi siempre por personas con poder,como padre,madre sobre hijos,jefes sobre empleados,hombres a mujeres y mas.La violencia familiar comprende todos los actos violentos,desde el empleo de la fuerza física,la intimidación,sigue un patrón en el tiempo,las principales victimas son niños,mujeres.La violencia escolar en general es producido en una violencia dominante que es emocional en el aula,patio,que recibe el ámbito social y familiar y degenera agresiones.Las desigualdades sociales,sectores afectados por pobreza,desempleo causa desequilibrio como cultivo para la inadaptacion y conductas antisociales de los menores,mostrándose fracaso en el rendimiento escolar,poca sensibilidad,dificultades y considerar al profesor como figura de autoridad que hay que revelarse. brenda bogado.

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  4. Partiendo del texto de Bourdieu y Passeron La reproducción, se puede decir que la educación escolar contribuye a la reproducción del orden social dominante, específicamente mediante la acción pedagógica que perpetua cierto capital cultural correspondiente a la clase social mencionada. Esta acción pedagógica es llevada a cabo por una autoridad pedagógica (el docente) quien al imponer esa relación intrínseca de poder y cultura, opera mediante la violencia simbólica, en el sentido de ser impuesta y ocultar el poder material de una clase sobre las otras, tendiendo así a naturalizar las relaciones de dominación entre clases. A través del reconocimiento que se le da a la autoridad pedagógica y el desconocimiento de las relaciones sociales que la fundamentan, se perpetuan determinadas formas de conductas, saberes y disposiciones propias de la clases dominantes, que se caracterizan por su permanencia, exhaustividad y transferibilidad (Habitus).
    Teniendo en cuenta mi tema de investigación en particular sobre el ausentismo docente, podría identificar ciertos habitus con respecto a ciertas actitudes relacionadas al tema. Primeramente se podría decir que la ausencia de autoridad está relacionada por parte de los estudiantes a un tiempo de ocio, un momento para actuar y hablar de manera dispersa, fluida y cotidiana, que generalmente se lleva a cabo fuera de la escuela. Es decir, que ante la falta del docente se actúa de un modo completamente distinto, hecho que se puede ver en todos los niveles educativos (primario, secundario e incluso universitario). Está de cierta forma naturalizado el hecho de que ante la falta de la presencia de la autoridad docente, no se lleve a cabo las actividades cotidianas que se hacen con su presencia, sino que al no estar el mismo “se hace lo que se quiere”. Igualmente es propio de la escuela que aunque no esté el profesor, siempre esté esa obligación de estar constantemente expuestos a la mirada de la autoridad, por ejemplo frente a un preceptor u otro directivo de la institución.
    El ejemplo mencionado en el párrafo anterior también se puede transferir a la posición del docente ante el hecho de faltar. Está inculcado de manera natural en él, el hecho de no programar una clase por fuera del lugar y horario acordados cotidianamente, sino que simplemente la clase planeada se pierde. Queda así en evidencia cierto reconocimiento de que los ritmos de la vida social están a cargo de las instituciones, en este caso la escolar.
    Por otra parte, se puede identificar distintos tipos de conductas en el nivel primario con diferencia del secundario o en la universidad. En el nivel primario al estar recién ingresando en la institución escolar los estudiantes tienden a expresar, generalmente en su mayoría, cierta alegría ante la ausencia del maestro, hecho vinculado al primer ejemplo de relacionarse a un tiempo de ocio. Sin embargo, a medida que transcurre el tiempo los docentes son los encargados de silenciar de cierta forma las voces de los estudiantes en el medio de su festejo, ya que es considerado como una falta de respeto. Es así que se incorpora cierto comportamiento al escuchar la frase “no viene el profesor”, frase ante la cual los estudiantes se muestran neutrales y en silencio. Cabe destacar que en general en todo compromiso está mal visto ausentarse, incluso muchas veces esto puede tener sus penalizaciones como perder el presentismo o el día de trabajo.

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  5. El tema seleccionado, fue el de la pérdida de autoridad docente en el sistema escolar, en la educación media.
    Dado que el docente tiene un saber, contenido de la enseñanza, que intenta poner a disposición, impartir o compartir a otro (el alumno), que se supone, necesita aprenderlo, esta situación se establece como una relación asimétrica entre ambos. De este modo, se establece una relación de autoridad.
    Siendo el caso de las instituciones escolares, la autoridad de los docentes se ve reforzada por los exámenes, la adjudicación de notas, las reglas disciplinarias, las sanciones y también las normas que se imparten, sumado a la constante vigilancia y control a la que están sometidos. Todos estos aspectos mencionados, implican una violencia simbólica.
    Justamente, la escuela, prepondera un tipo de habilidades y cualidades que son propios de la clase alta. Estas actitudes que promueve la escuela y que pertenece a éstas clases favorecidas, facilita la tarea de unos grupos y la dificulta para aquellos otros que no cuentan con ese capital cultural. Ahora bien, la manera de imposición de ese capital cultural, se ejerce mediante la violencia simbólica. Ésta es simbólica, porque es una violencia disfrazada, es decir, que los demás no la ven, y es violencia, porque se trata de una imposición; a su vez, alude a los contenidos, siendo una de las vías posibles de ejercerla (la violencia simbólica) el curriculum.
    Esta imposición disfrazada, se lleva a cabo en situación escolar, mediante la acción pedagógica, este acto de imponer, mediante el trabajo pedagógico, de imposición contante, de inculcación permanente de información, de prácticas, de rutinas, de contenidos, moldeando de este modo, los cuerpos y las mentes de los sujetos, o en otras palabras, disciplinándolos. Es así, que la escuela genera habitus, que responden a la reproducción desigual de la sociedad, reproduciendo las maneras de ser y hacer en el mundo, que sean acordes al mantenimiento del orden social, propiciando la dominación de una clase social por sobre el resto. Ejemplos de habitus podrían ser la ubicación que tienen los alumnos en un aula, en sillas y bancos separados, ordenados en filas, y el docente en el centro y al frente, siendo esa la disposición que favorece una mayor vigilancia y control, haciendo visibles a los estudiantes; otro ejemplo es el de, aunque creo que ya eta cayendo en desuso, pero al menos yo lo tuve que hacer toda mi primaria, ponerse de pie cuando el dente o el director ingresa al aula, saludándolo con su nombre, respondiendo así a una figura de autoridad .

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  6. El tema elegido es Integración e Inclusión.
    La escuela es un espacio en el cual el alumno además de aprender distintos conocimientos, logra socializarse, tanto con sus compañeros como así también con docentes y personal jerárquico. Al socializarse son muchas las cosas que debe aprender, entre ellas el respeto. En la escuela, como en otros ámbitos, hay distintos estamentos y jerarquías, pero a todos se los debe respetar.
    A los distintos actores que están incorporados en el sistema educativo, por el hecho de ser personas se las debe respetar y esto debe ser algo que se debe incorporar para luego reproducir en los distintos momentos de la vida de cualquier ciudadano. Es aquí donde podemos hablar de habitus, al hacer hincapié en el respeto que se debe tener por el otro.
    Al hacer referencia al trabajo se debe respetar a cualquier ciudadano, incluso al que tiene alguna capacidad diferente y que esto no sea motivo de maltrato, burlarse hasta llegar al límite de no respetarlo.
    Al hablar de este habitus vemos que cumple con el atributo de transferibilidad, ya que si bien el trabajo apunta a la integración e inclusión en el ámbito escolar, el respeto se debe mantener aun cuando el alumno termine su ciclo lectivo y se incorpore en los distintos ámbitos de la sociedad. También con el atributo de regularidad ya que una vez que uno aprende e incorpora el respeto lo hace de manera automática, por ejemplo al respetar a los anciano y darles el asiento en el colectivo, al ayudar al disminuido visual a cruzar la calle, eso es símbolo de educación y respeto al prójimo. Es exhaustivo, es decir o se respeta al otro o no, no hay punto medio.
    Al hablar sobre la violencia simbólica podemos citar varios ejemplos, entre ellos la actitud discriminatoria de tratar al diferente, el negar sus posibilidades de progresar, el no incluirlo por su condición, estas son algunas de las formas en las cuales la sociedad puede llegar a tratar a las personas con capacidades diferentes de manera violenta simbólicamente.

    M. Anabela Costanzo

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  7. Mi tema para el trabajo final es: “La tensión entre las propuestas prescriptas para abordar los contenidos que propone el Diseño curricular para Educación Primaria, vigente desde 2008 en la pcia. de Buenos Aires y las prácticas áulicas reales”
    Para ejemplificar respecto de la posición de las sillas y mesas en la escuela tradicional que permite sentarse de a dos y siempre mirar de frente al maestro cuyo escritorio se encuentra al frente al igual que el pizarrón, implica un hábitus que estructura la clase de manera que el maestro será el que imparta el saber imponiendo arbitrariamente el capital cultural al alumnado. Sobre todo en las escuelas privadas es prácticamente imposible mover el mobiliario, aunque el docente así lo prevea para distribuir a los alumnos en grupos dada la cantidad y tamaño de las mesas que ocupan toda la superficie de las aulas.
    Esta forma de distribución de mesas está impidiendo el aprendizaje colaborativo por parte de los alumnos quienes se ayudarían a realizar las consignas propuestas por el/la docente. Esta forma de agrupamiento en parejas es una de las propuestas en el diseño curricular además de la formación de pequeños grupos desde los primeros años de escolaridad. De esta manera se promueve la circulación de la información y se legitima la colaboración entre pares, tal como lo expresa el Diseño curricular. Sin embargo este tipo de agrupamientos genera en los docentes un reiterado rechazo ya que entienden esta forma de trabajar como una alteración del silencio “ideal” para trabajar en la escuela.
    Por lo tanto otro hábitus estaría dado como forma ideal de actividad intelectual, realizar las situaciones de aprendizaje de forma individual y en silencio.
    Tanto así que por lo general las familias de los alumnos sobrevaloran la cantidad de escritura que contenga el cuaderno de clases como una señal de que el tiempo destinado al “trabajo escolar” ha rendido porque ha producido escritura. En este sentido las familias son socias y adeptas a esta escuela que está creando las condiciones ideales para la explotación laboral de la nueva generación.
    Adriana Cejas

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  8. La educación es una actividad de la super estructura controlada por las clases dominantes, que procura la perpetuación en la mente de los sujetos de un orden social de profunda dominación y explotación imponiendo así los medios materiales y de represión.
    En todo ámbito educativo o mas bien en todo acto pedagógico se ocultan las relaciones de fuerza, dominación que se tornan como practicas naturalizadas por los sujetos.
    En el tema"La educación y la tecnología" se puede ver aunque de manera oculta el interés de la clase dominante de imponer una práctica social que puede no ser de importancia para los sectores populares; se trata de disfrazar ciertas cuestiones en"universalidad", "necesidad". De ahí que muchos docentes se niegan a la implementacion entre otras cosas de computadoras en las aulas justificando que no "se adecua" con su clase, los niños no les interesa por el hecho de no pertenecer a su sector, etc.
    En las implementacion y decisiones que se toman en las instituciones educativas se oculta entre otras cosas el carácter impositivo de la violencia simbólica, ya que los docentes deciden los contenidos a enseñar, actividades a desarrollar. En otras ocasiones toman decisiones mas drásticas como la no utilización de las mismas ya que interrumpen el desarrollo "ideal" de las clases.
    En este ejemplo se ve reflejado ademas el habitus ya que reproduce el orden social y las relaciones de fuerzas establecidas

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  9. El tema que elegí para elaborar el trabajo final es la tensión que existe entre la inclusión y la calidad dentro del sistema educativo Argentino. Obviamente para poder plantear el problema hay que centrarnos en que sería dar una educación de calidad y que sea inclusiva para todos y todas, la inclusión sugiere que no debemos permitir que los chicos dejen el sistema, aún si su rendimiento no es bueno, no mejora y afecta el clima general de aprendizaje en la escuela, pero con respecto a la calidad educativa solamente podemos basarnos en el rendimiento de los alumnos en instancias de evaluación, que nos lleva a detectar las herramientas que implementan los docentes en las instituciones.
    Por cuestiones lógicas ambos conceptos en este sistema solamente pueden darse en instituciones donde se maneja cierto capital cultural que es aceptado por las clases dominantes, aquellas que imponen esa cultura arbitraria a la que hace referencia Bourdieu.
    A la hora de hablar de calidad educativa, hay que tener en claro que tipo de “calidad” es la que es socialmente aceptada, en un sistema meritocrático, donde la violencia física y simbólica se ve reflejada constantemente, los diferentes contextos sociales hacen que la educación inclusiva y de calidad sea cada día más difícil, se impone una monopolización del arbitrario cultural sobre un contexto social, político y económico, donde el capital cultural es totalmente diferente de quien lo impone.
    El problema , por lo que he investigado, es algo que seguirá vigente durante mucho tiempo, podemos adoptar distintos ejes para analizar la tensión que existe entre los dos conceptos centrales de mi trabajo, como por ejemplo, la diferencia cultural, la cantidad de instituciones que están bajo un sistema político que no mira el panorama completo, sino las instituciones donde “es conveniente” intervenir , la tecnología y sus avances a pasos agigantados, los medios de comunicación y su énfasis en el ataque permanente a la educación pública , generando ese imaginario social que lleva a pensar que la educación pública es para las clases de cierto capital cultural limitado, el término inclusión en general, ¿ a quienes y a donde deben ser incluidos? ¿ quienes son los que verdaderamente están excluidos?,pero por sobre todo, la sociedad debe generar un cambio de pensamiento con respecto a la educación pública.
    Esa escuela barrial que hace años solo se ve como un lugar de asistencia para los alumnos, donde los chicos escapan del caos que se presenta en su contexto familiar, donde ese alumno va a la escuela con miles de estigmatizaciones sociales que lo condenan fuera, para que también dentro de ella sufra las mismas por parte de un sistema que los sigue excluyendo dentro de una institución.
    Basándonos en esta tensión entre inclusión y calidad educativa, podemos ver la arbitrariedad cultural que se genera dentro del sistema, que se basa en aplicar la violencia simbólica en quienes no poseen ese capital cultural necesario para ser evaluado y sobrepasar los métodos meritocráticos escolares, excluyendolos cuando se los intenta incluir realmente, generando habitus que benefician a las clases dominantes para seguir oprimiendo al sujeto fuera del ámbito escolar.

    Emmanuel Saavedra.

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  10. El tema para el trabajo final refiere a:
    Las prácticas democráticas en la escuela primaria como constructoras de ciudadanía.
    El ejercicio de la ciudadanía en el ámbito escolar, se inscribe dentro de un sistema de representaciones simbólicas desarrolladas en el contexto histórico en el que acontece.
    La democratización de las prácticas escolares es entendida como el tiempo autónomo de la creación y producción social de reglas de comunicación y construcción de conocimientos; entonces no es factible de sujetar desde un área curricular en particular. Los saberes socialmente validados, son saberes públicos que la escuela, desde una perspectiva de construcción de ciudadanía, produce, desarrolla, distribuye para que los alumnos puedan apropiarse de ellos y construir lecturas del mundo y de la realidad, participando activamente en sus propios aprendizajes.
    Dichos saberes son transmitidos a través de los Diseños Curriculares por parte del docente de una manera fragmentada, lo cual plantea un problema entre lo prescripto y las practicas efectivas, un tensión entre el saber pedagógico y el saber docente, y aquì entra en juego el “habitus”, es decir, toda nuestra esperiencia incorporada puesta en acto en la práctica cotidiana; hablar de “habitus”, por ejemplo, implica:
    - hablar de la distribución del mobiliario áulico,
    - de la ubicación fìsica de los niños y del docente dentro del aula,
    - de propuestas de actividades generalizadas,
    - de evaluaciones estandarizadas…
    Son las prácticas individuales y colectivas las que se sustentan en el habitus.
    Toda institución posee una historia objetivada, a través del habitus se reactiva ese sentido en la escuela.

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  11. Las Tics son consideradas por la mayoría de la sociedad como un pilar básico de nuestras vidas. Ya que estamos rodeados y insertos en esta nueva cultura de Internet o en Red.
    Estas tecnologías fueron interpelando nuestras formas de vida de una manera silenciosa y aceptada por todos. Pero como diría Bourdieu y Passeron fuimos y seguimos siendo interpelados por la violencia simbólica de que si uno no tiene la ultima tecnología o no estamos comunicados quedamos fuera de esta cultura tanto se incorporo en la cultura simbólica de cada sociedad, por medio de la publicidad, la imagen, que son utilizadas como dispositivos de poder para facilitar y persuadir el consumo masivo que la hegemonía (Capitalista y del Mercado) necesita para su beneficio propio no para el de la sociedad.
    La inserción de las Tics llego hasta las esferas de las instituciones educativas, tratando de cambiar el paradigma de la enseñanza y el aprendizaje, no con el objetivo de la igualdad de conectividad para todos, si no lo que intentan inculcar es educar a los alumnos con caracteres de competitividad, creatividad, y individualidad. Ya que el educando tendría mucha información al alcance y la posibilidad de crear un trabajo reflexivo con el objetivo de tener una alta calificación. Estos son los mismos objetivos que implementan las publicidad para persuadir al tele vidente que si uno tiene lo mejor, es creativo y individual pertenece a esa sociedad actual, esta tan inserto en la cultura colectiva que el que no encaja en esta sociedad se ve como aislado. Pero es tan violenta la violencia simbólica de la élite dominante que el mismo individuo discriminado se auto discrimina revalidando la diferencia social.

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  12. Yo elegí como tema la relación de la tecnología en el mercado y la educación como factores de "abulia comunitaria". La abulia o perdida de los impulsos volitivos, podría tener clara relación con la inserción de la tecnología y la educación en el campo emocional y expresivo de una persona, fomentando la debilidad de las relaciones entre individuos, siendo su interacción cada vez mas despersonalizada al mismo tiempo que la individualidad y la universalidad no ayudan a que una persona piense en la otra, sino en como podemos diferenciarnos, y en consecuencia, separarnos. La individualización de las personas se ve facilitada por una variedad insondable de diversas personalidades que puede ofrecer el mercado a través de la tecnología, y es también a través de esta ultima como se van difuminando las relaciones de grupo, o al menos perdiendo consistencia en materia de compromiso.


    Tener un celular es un habitus en si mismo, que puede implicar un estándar, una "manera de vivir", practicidad a la hora de resolver problemas, y hasta se lo relaciona cada vez mas con el grado de "civilización" que una persona posee. Esto ultimo no es para nada ilógico, si pensamos que la posesión de tecnologías de mercado (o de moda) marca una conducta y un nivel de civismo propio de la época actual. Pensemos, por ejemplo, en las aplicaciones y redes sociales de las que se queda afuera cuando no se maneja tecnología "android". Aquí la violencia simbólica de ve ejercida ya que se necesita saber lo que no se sabe, (que el mercado impone modalidades y formas de comunicación de manera autoritaria que hasta desembocan en nuevos usos y costumbres como contactarse por chat antes de una entrevista o cita) para entender mejor que no es el hecho de lo que no tengamos o la tecnica que no dominemos lo que nos deja afuera de una conversación, de un partido de fútbol o la "experiencia" audiovisual del día (la inmediatez también a partir de la masividad tecnológica destruye de alguna manera los cultos a las obras artisticas).

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  13. Cristián Burgos- Marcos Calvimonte- Andrea Mosqueda

    Nuestro tema a trabajar es la baja motivación estudiantil. Identificamos Habitus en cuanto a que la escuela demanda un alumno con aptitudes cognitivas, sociales, emocionales y de “motivación” que dispongan favorablemente para el aprendizaje escolar, construidos de modo inconsciente, espontáneo y asistemático en el seno familiar y social.
    Como violencia simbólica, la escuela genera violencia al tener docentes autoritarios, docentes que no dominan metodologías y estrategias pedagógicas, currículos no pertinentes a la realidad local y regional. El docente trasmite los contenidos curriculares impuestos por la clase dominante, como algo normal, disimulando la fuerza de esa imposición. Como consecuencia de esto la acción pedagógica garantiza la interiorización del fracaso escolar del individuo como fracaso personal.
    La enseñanza se reduce a una transmisión verbalista de conocimientos, pero éstos están ya producidos, acotados, sistematizados, homogeneizados para todos, ante éste proceso desnaturalizador, el aprendizaje pierde toda motivación intrínseca, su vitalidad, su capacidad de entusiasmar, su veracidad y se convierte en una reproducción básicamente memorística de contenidos intelectuales. No sólo no se aprende la curiosidad, el riesgo creativo, la búsqueda en grupo, la aventura de la autonomía, el acercamiento a lo contextos reales y a la acción crítica en el entorno, la cooperación, actitudes democráticas, sino que se aprende positivamente (lo cual no es positivo) la aceptación acrítica, el no compromiso con la realidad cercana, la dependencia de la "alimentación" del profesor, el dogmatismo, la pasividad, el individualismo. Todo un cuadro que evidencia el impacto de la violencia estructural en las personas. La autoridad se manifiesta en la casi nula participación de los estudiantes en la planificación, desarrollo y evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje que le afectan. Este hacer con él pero sin contar con él lleva a la manipulación, a la alienación respecto del proceso de trabajo (en analogía con el trabajador en el modo de producción capitalista industrial). En estos procesos aprenden a poner su capacidad de trabajo en manos de una voluntad que no es la suya, a actuar por recompensas externas, como las notas (después será el salario), se acostumbran a ser evaluados, productivos incluso en tareas que no les agradan, a ser regulados por el tiempo a través de horarios, a la distribución de recompensas y a los castigos. Sería ideal que la atención, el esfuerzo y el pensamiento de los alumnos estuvieran guiados por el deseo de comprender, elaborar e integrar significativamente la información, es decir, que se orientara claramente por una motivación de tipo intrínseca. Sin embargo, en gran medida, la orientación de los alumnos está determinada por su temor a reprobar o por la búsqueda de una aceptación personal, lo cual es una realidad no sólo porque el alumno así lo haya elegido, sino porque lo ha aprendido en el contexto de las prácticas que se fomentan en la escuela.

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  14. El tema a trabajar es el impacto de la AUH en la construcción de la experiencia escolar de jóvenes beneficiarios.
    Una de las preguntas que me había planteado acerca de este tema tiene que ver con las percepciones de estudiantes y docentes sobre la AUH. Es en este punto donde creo que se pueden denotar diferentes habitus.
    Por ejemplo el hecho de no entender a la asignación universal por hijo como un derecho sino como un paleativo circunstancial, interpelando a los sujetos en términos de su voluntad para superar una situación desfavorable de la que en última instancia se los responsabiliza, es una forma habitus. Es decir, esa percepción es producto de la persistencia de lógicas ancladas donde el esfuerzo se constituye en el mecanismo de integración social al empleo, a la escuela, etc.
    Por otro lado, algo que esta mencionado en el texto de apoyo para esta unidad, son los habitus relacionados con el rechazo o aversión. Los beneficiarios de la AUH provienen en su mayoría de sectores populares que históricamente vienen siendo blanco de este tipo de habitus. Muchos docentes denotan este rechazo hacia las familias que perciben la AUH por adquirir productos que a su entender no deberían ser prioridad por la clase de la cual provienen.

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  15. Consigna 1) Piense en su tema de trabajo final e intente identificar o detectar (aunque sea de manera tentativa o hipotética) habitus y elementos de violencia simbólica en el mismo.
    Tema de trabajo final
    La educación ambiental en la escuela secundaria abordada desde los programas educativos al respecto. Dentro de este tema, haremos foco en la relación entre sociedad y naturaleza, enfatizando en los procesos sociales y la problemática ambiental, con el fin de identificar esa relación en los procesos culturales. ¿Cómo influye aquello que culturalmente creemos y nos hacen creer en la utilización de los recursos naturales? ¿Cómo organizar una conexión entre las ciencias ecológicas y las ciencias sociales a fin de hallar causantes a problemas que se conectan desde estas dos disciplinas, y buscar posibles soluciones?

    Habitus y violencia simbólica.

    La globalización ha hecho que varios aspectos en la forma de vida hayan sido adoptados homogéneamente en diversos países con raíces culturales totalmente diferentes. Esta cultura globalizada es promovida por los medios de comunicación masivos, repercutiendo la economía global en los aspectos sociales y culturales. Por lo tanto, la difusión masiva y el poder capitalista se asocian en una propaganda que fomenta una cultura homogeneizadora con basamentos fundamentales en ciertos valores que forman determinados consumidores.
    Creemos necesario destacar que, por un lado, la globalización nos acerca a nuevas formas de contacto con lo diverso, aunque corremos el riesgo de detener el avance de “lo diverso” como desarrollador de valores que identifiquen a un grupo humano con sus necesidades y medios de satisfacción.
    Cada grupo humano encuentra en su bagaje cultural heredado una forma de vivir y satisfacer sus necesidades, de relacionarse con los demás y el ambiente. Asimismo, el contexto donde cada grupo desarrolla su vida y sus producciones no es el mismo para todos, por lo cual las interpretaciones culturales sobre el medio ambiente y sus problemáticas no serán las mismas.
    En una sociedad capitalista, netamente economía de mercado, los recursos como el agua, los bosques, los animales, interesan como insumos para la producción de bienes y servicios (por ejemplo, el agua como transportadora de los desechos humanos). Así, se percibe a estos productos como importantes para la economía, como bienes utilitarios. Sin embargo, para algunas etnias la tierra es un elemento sagrado, cuidando religiosamente las semillas, el fruto y las siembras y cosechas, haciendo rituales agradeciendo a la Naturaleza por su abundancia. No son bienes económicamente utilitarios.
    Si tomásemos el ejemplo del agua, para los indígenas el agua es un elemento sagrado, como la tierra. Simboliza el fluir emocional, la riqueza, la fecundación. El agua es vida. Nuevamente, no es vista como medio para un fin ganancial.
    Por lo tanto, cada cultura, las sociedades tradicionales por un lado, y el capitalismo por el otro, tienen concepciones culturales totalmente diferentes sobre la naturaleza.

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