lunes, 26 de mayo de 2014

DEVOLUCION TP 3A

Lo primero que hay que decir es que algunos leyeron mal la consigna y contestaron las 3 en vez de elegir una. Lo bueno es que las respuestas delatan una satisfactoria comprensión de los conceptos. Lo otro es que son pocos los que cumplieron. Recuerden los que faltan colgarlo y mandarme mail avisando.

Sandra Sanchez intenta ver como etiquetado positivo el uso de las notebooks mediante un ejemplo tomado de las entrevistas a alumnos donde coinciden el estímulo que siente el alumno y la expectativa del docente configurando un típico caso de profecía autocumplida. Es interesante que Emilse Benitez proponga un ejemplo contrario: los docentes presuponen que los alumnos se van poner a boludear con la compu y van a dedicarle menos al estudio. Las expectativas formadas ya previamente a la utilización de la esta tecnología también pueden convertirse en profecía autocumplida.  También es tremenda y tristemente ilustrativa la anécdota que cuenta sobre el compañero que fue amonestado aún cuando ella había sido la culpable y se había responsabilizado por los hechos.
Magalí Recalde señala que una alumna entrevistada también etiqueta a los profesores de acuerdo a la edad y su escaso o nulo manejo de las nuevas tecnologías pero no aclara cómo incide esto en el comportamiento del alumno.

Maria Fernandez ofrece  un ejemplo personal de respuesta ratificadora al etiquetado, muy ilustrativa porque incluye etiquetados en sentidos opuestos.

Lorena Coronel reflexiona sobre la autoridad docente como construcción social expuesta a las imagenes del docente que se hacen en los medios, en las familias, etc., y se hace una serie de preguntas muy pero muy interesantes: ¿qué clase autoridad puedo ser en ese espacio? ¿Qué medidas, que considere correctas, puedo tomar para resolver determinado conflicto? ¿Qué es actuar de forma correcta para esta comunidad, para esta institución? ¿Esto coincide con mi forma de ser?  Estas preguntas son muy pertinentes porque suponen que toda autoridad necesariamente requiere de un conocimiento y un reconocimiento del "otro". No puede haber autoridad sin un determinado acceso al mundo de los alumnos, sus valores, sentimientos, sus formas de experimentar conflictos, etc. Como dice Giroux y Simon: estamos obligados a tomar a los alumnos en serio.
Noelia Scrocca explica la falta de autoridad como consecuencia del miedo a los padres y los conflictos institucionales. Lo cual en sí mismo delata falta de autoridad, aunque Noelia no se percate de esto. Si los chicos ven o saben que el docente "no quiere líos" van a aprovecharse de eso.
Carolina Carrizo dice algo central: la autoridad ya no es dada por agentes externos sino que el docente tiene que buscarla por sus propios medios dentro del aula. Efectivamente: padres, directivos, instituciones y medios de comunicación ya no respaldan y hasta juegan en contra de los docentes. En otras épocas había una complicidad con la violencia simbólica del docente y su autoridad, ahora parece que ocurre lo contrario, el docente termina siendo el chivo expiatorio de las ideologías antiautoritarias y de los estilos de vida individualistas.
Pamela Nuñez también ensaya la idea del cúmulo de cosas que conspiran contra la autoridad del docente y el efecto de esto sobre las expectativas desde y hacia los alumnos.

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